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En la búsqueda de algún nuevo huarique para almorzar , mi amigo Piero y yo llegamos hasta el restoràn de María Portugués en San Vicente de Cañete muy amable ella misma nos atendió , la conversadora anfitriona de rostro adusto y avejentado , atreviendosè a sentarse junto a nosotros con el permiso de darle el honor para hacerlo , empezó preguntándonos ; ¿ para ustedes quién fue el mejor presidente de la historia del Perú ? , calculando hacia donde quería llevarnos con su tema de conversaciòn , le respondí , Keiko no seria buena presidenta y aunque Fujimori hizo muchas cosas buenas ya no podría volver hacerlo, esperaremos que otro candidato pueda ofrecer liberarlo de la cárcel , y antes de continuar salàndome la rica sopita de pallares que puso sobre la mesa , con el mismo afán de seguir conversando continuo contándonos :
Mi hermano y yo de muy pequeños eramos muy pobres , cuando mi mamá se enfermo y tuvimos que llevarla al hospital Loayza en Lima , no sabíamos como sobrevivir en la capital y empezamos a lustrar zapatos , un día mi hermano se dio cuenta que en el mercado más cercano ; durante el traslado de sacos llenos de papas , algunas caían al suelo , entonces nosotros aprovechábamos el momento para recogerlos y venderlos despuès , hasta que un día alguien desde atrás nos cogió por el cogote a los dos y nos preguntó energicamente quienes eramos y porque robábamos ...cuando le respondimos quienes eramos , sorprendido repitió nuestros nombres y para estar seguro volvió a preguntarnos nuestros nombres y el de nuestros padres , confirmando y sorprendido en alta voz dijo , ¡ tu eres la hija de Gumercinda ! yo estuve enamorado de tu madre pero ella nunca me hizo caso y tu padre de ese desgraciado ni quiero hablar , pero vayanse por ahora y desde mañana aquí tienen un rincón donde podrán seguir vendiendo.
Con un lugar donde poder vender lo que caía del cielo , mi pobre hermano sentado e inquieto le ofrecía su ayuda al comerciante de ajìes de a lado , cuando este después de rechazarlo muchas veces le dijo un día , mira yo te voy a dar un saco de ajìes pero si tu no me pagas en tres días te olvidas de mi para siempre , el muchacho con mucho afán cumplió y se convirtió además en un vendedor mayoritario de ajiès.
Al paso del tiempo el pequeño comerciante se ganaba sus frejoles al pulso de su esfuerzo, hasta que un dìa conoció a un vendedor de abarrotes de quien obtuvo su confianza y aprecio .Un día este vendedor le dijo , yo te voy a decir algo que no le dirás a nadie , si lo haces te olvidaràs de mi para siempre , en la fabrica nicolini están dando productos para ser cancelados en tres meses ... mi hermano inmediatamente aprovecho la ocasión para hacer el pedido y vender los paquetes de fideos de aquella marca a precio de costo y a pesar de la amargura de otros comerciantes con el dinero en mano pudo invertir en la compra de otros productos hasta el vencimiento del plazo señalado de tres meses .
Ya habíamos comprendido en parte la enseñanza de aquella señora , sus quehaceres llegò a cortar el relato obligandonòs a terminar satisfechos nuestro almuerzo para poder regresar a Lima , pero queda aùn la sensaciòn de seguir pensando sobre si mismo :
¿hasta cuando y hacia donde se debe avanzar en la vida ?, si ni poco ni demasiado serà lo suficiente y necesario para vivir , porque lo demás solo sirve para presumir y que al fin y al cabo ... el dinero solo compra lo barato.
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