miércoles, 25 de mayo de 2011

El Escultismo- cien años en el Perú


La invitación a un " llamamiento", logró acercarme en la mañana de un sábado, a la tropa Baden Powell de boys scouts, que se encontraba ubicado en la cancha de los muertos del distrito de Chorrillos, y desde el momento que fui recibido con el ritual saludo de bienvenida, empecé a sentirme a gusto entre ellos. Aquellos eran unos muchachos como yo, que tenían entre diez y quince años de edad. Ya lucían el uniforme gris o caqui, con sus llamativas insignias y pañoletas.



Realizaban distintas formaciones, dirigidos por un jefe de tropa y cuatro guías que alzaban unos banderines, para distinguirse entre las patrullas. Yo, me inicié integrando "La patrulla Leopardos".
Hoy en día, he logrado a comprender, sobre la importancia de la convivencia en patrullas, un equipo de chicos aprendiendo y realizando mediante el juego, las más diversas facetas de la vida real, que vendría a ser, como el complemento de la formación familiar. Lo que en casa no se podía hacer, ahí, sí podía ponerlo en práctica, con quíenes serían por mucho tiempo, mis hermanos scouts.



El Escultismo es un movimiento, en donde prevalece un código de honor, y las leyes están para obedederlas. Si durante su desarrollo en la sociedad, al muchacho, poco o nada le importa las llamadas de atención de un adulto, es muy difícil para él, ser rechazado y apartado de su grupo de amigos, ser castigado entre los suyos, por no acatar sus propios códigos de comportamiento. El Escultismo, se desarrolla en el respeto jerárquico, como sucede, hasta en las llamadas pandillas, pero con virtudes y principios que se respetan, y en donde se pone en práctica el cristianismo, en la vida cotidiana.




Incorporado a la tropa de scouts en ese primer día, me sentí aún más a gusto, cuando durante en el tiempo libre, me tomaron en cuenta para formar parte del equipo de fútbol, un quehacer que no podía estar fuera de cualquier programa juvenil. Entonces, me di cuenta que no era tan malo como lo fui en el colegio para patear la pelota hacia el arco, ya que hasta entonces, era habitual para mi ser relegado a la defensa, eso, si contaba con la suerte de ser elegido para representar algún equipo de fútbol. Mis nuevos amigos scouts no eran tan buenos en ese deporte como yo, no tenían que serlo, y sentí que había encontrado, a un grupo de muchachos donde mis imperfecciones calzaba muy bien con las de ellos, en la cordialidad y el compañerismo que nos procuraría los años siguientes.






Con el tiempo, siguieron las enseñanzas, los nudos, los amarres y los diferentes estilos de formación, pero además de todo eso, se agregaba, el aprendizaje de diversas especialidades, para ser aplicados no sólo en el campo, más cerca de la naturaleza, sino también en la vida cotidiana. Siempre había algo nuevo que aprender para ponerlo en práctica después.
En aquellos años, cuando el internet estaba muy lejos de existir, la comunicación entre las personas, era más directa. Si en la actualidad es muy útil llevar consigo un USB a todas partes; durante aquellos años, lucir una soguilla enrollada, colgada del ojal de la correa del pantalón o una hoja de "Gillette" en una cajita de fósforo, era disponerse a estar "Siempre Listos" para servir . Hoy en día, no pierdo la costumbre de llevar siempre en el bolsillo, una navaja multiusos.

"Un gobierno de muchachos para muchac
hos". Lo creo Baden Powell en Inglaterra, al notar el creciente número de jóvenes sin nada que hacer. Les enseño sus experiencias que había adquirido en el transcurso de la Guerra de los Boers (1899-1902). Educado en el elitista Chaterhouse School de Londres, en el año 1876 ingresó en el ejército británico, en el que formó parte del 13º Regimiento de Húsares en la India. Entre los años 1884 a 1885, Baden-Powell participó en las guerras de Bechuanaland y Sudán, en donde sorprendió gratamente al Estado Mayor por el magnífico uso que hizo de globos aerostáticos para observar los movimientos enemigos.




Sin importar el tiempo perdido y transcurrido de los distintos debates sobre la educación y formación de los niños y jóvenes, que se han originado por la preocupacion de la existencia de las barras bravas o el pandillaje. Integrado por jóvenes que en cualquier momento se convertirán en padres de familias. Autoridades, Iglesia e Instituciones, deberían tomar en cuenta, volver la mirada hacía atrás y analizar posibles alternativas de soluciones que ya fueron un éxito. Actualizar sus métodos y traer nuevamente el Escultismo a la práctica, no sólo para el bien de las próximas generaciones, sino para una sociedad que busca permanentemente la paz.