¡Fiesta para los niños con cáncer!- Cuando en la tarde del viernes 6 de julio, el sol parecía unirse a la alegría de los niños con leucemia de Los Ángeles de los Arenales en el parque de Barranco, se retiró. Pero llegó María Teresa Dulanto con muchos regalos para ellos, devolviéndoles el calor humano entre artistas y sus desconsolados padres. Para algunos pequeños, esta podría ser su única oportunidad de asistir a una recreación infantil, sin pecado y sin remordimientos, ordenados y en fila, empezarían a recibir cada uno su Pediasure.
El Perú no es un país de maravillas como algunos parangones -de buena intención- les gustaría convencer. Es el país de las desigualdades aún, y que no tiene claro su futuro. Es un país dividido en dos: en los enfermos junto a los que no comen y los opulentos que no duermen, estos últimos por temor a ser linchados por los primeros.
Aquella tarde R. Gonzales, un padre que pensaba en voz alta; me decía que era muy duro estar en su lugar, había logrado que su pequeña hija continue su tratamiento en Argentina, un país que últimamente ha sufrido más crisis que el nuestro, pero con un protocolo que brinda un mejor trato humano a sus pacientes. Mientras en nuestros hospitales, para los análisis de rigor se les extraen a los enfermos un pomo lleno de sangre, a los gauchos les es suficiente una gota, y sus pastillas reemplazan a las dolorosas inyecciones. Aquí, los medicamentos que se compran son de las más desactualizadas y baratas.
Los medios de comunicación apoyan, pero no lo suficiente, otros problemas y sus shows mediáticos, la crisis en Cajamarca, la exacerbación de la comida peruana etc son el pan de cada día que distrae la atención general. Pero ayudar a los enfermos no es menester de muchos y el gobierno avanza a paso lento, finalmente el auxilio no llega. Para caernos de espaldas, aquí, premiamos a los Kurt Cobains; por eso un joven prefiere ser chef y no enfermero, porque así les parece "mejor" para su futuro.

